Las nuevas alternativa para enfrentar los efectos del Cambio Climático

El uso de plantas desaladoras es una tecnología limpia, confiable y cada vez más accesible, que tiene el potencial de beneficiar a distintas actividades y ser una excelente fuente de agua para el consumo humano.

Este mes, 184 municipios –que concentran al 47% de la población nacional- fueron declarados con falta extrema de agua. Este hecho da cuenta del complejo escenario hídrico que vive el país, el cual se acentuaría en los próximos años como consecuencia de Cambio Climático.

Según un reciente Informe Hídrico de la Dirección General de Aguas (DGA), en el presente ejercicio la falta de lluvia en grandes ciudades llega al 98% de déficit en comparación con años normales, mientras que en las zonas rurales pequeños poblados agrícolas se acostumbran a vivir con un racionamiento extremo. 

La construcción de embalses ya no es suficiente para garantizar la disponibilidad de este vital elemento. De hecho, 2021 cierra como uno de los años más secos en la historia del país, con un déficit de precipitaciones superior al 50%. Esto ha traído como consecuencia que los embalses se encuentran llenos sólo hasta el 45% de su capacidad total de almacenamiento.

“Tenemos una crisis de proporciones mayúsculas, que afecta a la zona centro norte y centro sur del país, donde se concentra el 80% de los chilenos”, ha reconocido el Ministro de Obras  Públicas, Alfredo Moreno.

Los expertos advierten que si no existe una política coordinada para encarar este desafío y nuevas soluciones para abastecer de agua a la población y a las diversas actividades productivas, Chile enfrentará un complejo escenario. 

En este contexto, una alternativa que día a día toma más fuerza, es el aprovechamiento de agua mar mediante su tratamiento en plantas desaladoras. Esta tecnología ya está siendo empleada por la industria minera en el norte del país, y también para el abastecimiento de agua potable para consumo humano, principalmente en ciudades de la Región de Antofagasta.

SI bien su costo de instalación es alto, existe en Chile la posibilidad de reconvertir centrales térmicas en plantas desaladoras y de esta forma reducir la inversión en implementación y aprovechar los caminos de acceso ya existentes.

Por otra parte, el trabajo en napas subterráneas es otra alternativa que se debe considerar a la hora de buscar nuevas fuentes de agua y que resulta más eficiente, por cuanto no hay contaminación ni evaporación. En este sentido, es posible realizar obras por la vía público-privada para captar las lluvias al pie de la cordillera y luego infiltrarlas. 

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