Raúl Díaz señaló que el Estado debería facilitar los procesos necesarios para que las empresas puedan invertir en este tipo de técnica.
Raúl Díaz, administrador del embalse La Paloma, ubicado en la región de Coquimbo, defendió que la desalación sería el mejor camino para combatir la dura sequía que afecta la zona. Esto por sobre otras alternativas como los embalses, afirmó, argumentando que la construcción de estas obras “ya no es suficiente o no en la medida necesaria para resolver el problema”.
Durante una entrevista entregada al medio Semanario Tiempo, en el marco de los cambios constitucionales por la elaboración de una nueva Carta Magna que podría incluir alternaciones al modelo de propiedad del agua, el administrador del embalse más grande destinado a riego en el país afirmó que “la única manera (de mitigar la sequía) es pensar en otras aguas, no en aquellas que existen hoy”.
En esa línea, indicó que “hemos apostado muchos años a la eficiencia. En los años 90, con el boom frutícola, se llegó a la eficiencia hídrica con el riego tecnificado, eso fue una tremenda ayuda, incluso con el aumento de la superficie cultivada”.
No obstante, Díaz afirmó que, aunque se sigue desarrollando esta técnica, y otras como el revestimiento de canales o la geomembrana, “con el ritmo de los recursos, nunca vamos a terminar de revertir lo necesario”.
En este escenario, y considerando que “estamos en medio de una Constitución donde debe primar el interés público, que son todos los habitantes de una cuenca, primero está la desalación”, puntualizó.
En ese sentido, explicó que “en la medida que nosotros aumentamos en escala y producción, también vamos a tener una reducción en escala de los precios. Hoy se trata de incentivar que los privados, que tienen mayores factores de producción, por ejemplo, la minería, algunas sanitarias, desalinicen para resolver sus problemas, como si fuesen problemas de aquellos, no de todos”.
Díaz indicó que en este contexto el Estado debería tener el rol de fortalecer o facilitar los procesos necesarios para que ocurra la desalinización. “Para que las empresas puedan venir e invertir, y otorgar ese servicio. Pero las aguas que surjan de ahí, deben ser de interés público, y no deben estar sujetas a derecho como hoy, sino seguimos con la misma historia de los derechos de aprovechamiento”, cerró.